distorsion de la imagen corporal

 

Aunque siempre haya algo de nuestra apariencia física que no nos gusta, esto normalmente no interfiere en nuestra esfera social ni en nuestra vida cotidiana. Cuando esta interferencia sí se da, se habla entonces del Trastorno Dismórfico Corporal y este debe reconocerse y tratarse adecuadamente.

En dicho trastorno los pacientes no pueden dejar de pensar en uno o más aspectos de su apariencia que ellos perciben como defectos aunque para los demás sea algo leve o incluso inapreciable.

Los pacientes se llegan a sentir muy avergonzados, con síntomas de ansiedad y les provoca limitaciones en su vida diaria como desajuste social, laboral, problemas en la escuela, las relaciones o la familia.

Estos defectos que ellos perciben les provoca obsesión, solicitan opinión sobre ello muy frecuentemente, se comparan a los demás o se miran al espejo muy a menudo. Las zonas que más frecuentemente les preocupan son las orejas, la nariz, las mamas, el abdomen o el aspecto de la piel en la cara.

Mientras que no sean conscientes de que esto se trata de un trastorno mental pueden acudir a consultas de Cirujanos Plásticos solicitando procedimientos para arreglar el problema que ellos perciben. Esto no es la solución ya que suelen tener ideas sobrevaloradas y altísimas expectativas del resultado, no realistas y por lo tanto tras una posible satisfacción temporal vuelven a recaer en el descontento. Por este motivo es crucial que el Especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética sepa reconocer a dichos pacientes.

Con frecuencia se trata de personas que están obsesionadas con la cultura de la imagen o han podido sufrir acoso o maltrato en el pasado, tienen baja autoestima y son perfeccionistas en exceso.

El tratamiento apropiado para estos pacientes incluye terapias psicológicas o tratamiento antidepresivo o ambas y debe controlarse desde la especialidad correspondiente.