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A pesar de que vivimos en un mundo dominado por los avances médicos y tecnológicos imparables, hay todavía un espacio para la aplicación de métodos que datan de muy antiguo pero persisten por su científicamente demostrada eficacia.

 

Parece increíble que las “sanguijuelas” (leaches en inglés) continúen usándose aunque la información disponible ya data de las primeras civilizaciones. El efecto beneficioso se basa en que producen un anticoagulante natural que previene la formación de coágulos y restablece el flujo sanguíneo apropiado en aquellas partes del cuerpo que están muy inflamadas, reduce la congestión venosa. Su uso terapéutico es fundamental en muchas técnicas de cirugía reconstructiva ya que mejora la expectativa de éxito de reimplantes y colgajos. Su uso hoy en día esta muy regulado y se utiliza bajo estrictas condiciones higiénicas y con consentimiento del propio paciente. Países como Francia o el Reino Unido ya lo tienen incluido entre las opciones que se utilizan de forma rutinaria.

 

Otra sustancia de uso habitual con resultados muy beneficiosos es la Arnica, se trata de una planta cuyo uso medicinal ya se remonta al siglo XVI. Sus propiedades se basan en su capacidad de reducir los hematomas, disminuir el dolor y la inflamación.

Hoy en día existen cremas en la farmacia con este compuesto. Su uso se recomienda tras cualquier procedimiento que sea susceptible de producir hematoma. En el caso de la Cirugía Estética es muy útil tras un tratamiento con ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas ya que disminuye el riesgo de pequeños hematomas en la cara, tras una rinoplastia o una blefaroplastia en los que son comunes cierto grado de hematoma posterior.

 

La miel es una herramienta muy útil por sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias. Su uso ya viene de muy antiguo, hay información del 2000 AC.

Sus propiedades se basan en su pH ácido que previene la infección por muchos tipos de bacterias que no crecen en un medio así, también por contener peróxido de hidrógeno que inhibe el crecimiento de bacterias y por su alta osmolaridad (tiene muchos azúcares) que extraen el agua de las bacterias y las inactivan. Su uso es muy apropiado en úlceras o heridas que tienen que cerrar por segunda intención (no se suturan).