Las posibles propiedades de esta planta, la Árnica Montana, son conocidas desde antiguo y han sido consideradas como benificiosas en diversas patologias.

Pertenece a la familia de las Asteráceas y entre sus componentes activos destaca la helenalina con propiedades antiinflamatorias, analgésicas y equimóticas. Dentro de  las aplicaciones más comunes es la de evitar la formación de hematomas o la de ayudar a eliminarlos gracias a los mencionados efectos equimóticos.

 

Existen estudios sobre los efectos de la aplicación de un gel de árnica en la piel tras cirugías estéticas y parece que podría contribuir a la reducción de los hematomas resultantes de dichas intervenciones. No obstante, el número y el diseño de dichos estudios no sea suficiente aún para considerar que existe una clara evidencia científica sobre la eficacia del gel de árnica en dichas aplicaciones.

 

El gel de arnica se utiliza habitualmente y en uso cutáneo exclusivamente. Siempre hay que seguir las instrucciones dadas por el cirujano y siempre bajo las indicaciones prescritas para que su uso sea lo más adecuado posible y sin abusar de su aplicación. Como en cualquier otra sustancia puede tener efectos adversos o incluso ser alérgico y por ello siempre hay que seguir los consejos médicos si se va a aplicar tras una cirugía para intentar minimizar los hematomas.

 

Hay que tener en cuenta que la aparición de cierto grado de hematoma puede ser consecuencia del procedimiento que se le haya realizado y por lo tanto sea lo esperado pero ante la duda consulte a su cirujano. La aparición de los mismos también varía en cada paciente y puede ser variable por la zona tratada, por otras enfermedades concomitantes del paciente, por diversos tratamientos que este tomando en el momento de la cirugía, etc entre otros factores. No se aplique nada sin consultar antes a su cirujano.