La toxina botulínica es un complejo proteínico natural purificado cuyo efecto, administrado en pequeñas dosis, es relajar el músculo bloqueando su contracción, consiguiendo de esta forma atenuar o eliminar las arrugas del tercio superior de la cara.
La toxina botulínica era en un principio utilizada exclusivamente con fines médicos —no estéticos— muy variados: ginecología, dermatología, oftalmología etc. En la actualidad se están llevando a cabo numerosos estudios sobre los usos médicos que se le pueden dar a la toxina botulínica, siendo las perspectivas de lo más optimistas, amplias y variadas.
En Cirugía Estética se utiliza fundamentalmente para eliminar arrugas y líneas de expresión.
La toxina botulínica es un tratamiento seguro y fiable, se aprobó hace ya más de veinte años en EEUU, siendo en la actualidad el tratamiento estético más demandado en el mundo entero.
La toxina botulínca actúa sobre el músculo, impidiendo que éste se contraiga. De esta forma, al quedar el músculo relajado, se evita que aparezcan las arrugas de expresión, quedando la piel con un efecto "plancha".
Las zonas donde se administra la toxina botulínica son: entrecejo, frente y patas de gallo. La forma de administración es con microinyecciones: con una aguja muy fina se inyecta en la zona o zonas a tratar.
No es un tratamiento doloroso, sólo se sienten unos pequeños pinchazos que no requieren ningún tipo de anestesia, aunque si la paciente es especialmente sensible se le puede recomendar una pomada con efecto anestésico para aplicar antes de venir a la consulta.
La toxina botulínica no es de efecto inmediato desde el momento en que se inyecta. Hay que esperar entre tres y cinco días para ver los resultados. A lo largo de los días posteriores a su aplicación se irá notando poco a poco como van desapareciendo o atenuándose las arrugas.
Es un tratamiento que no es definitivo, y la duración de su resultado depende de cada paciente. Su duración suelen ser de seis meses, aunque hay pacientes a los que les dura menos y otros a los que les dura más. También se suele dar el caso de que al mismo paciente, con las mismas dosis de aplicación, le dura unas veces más que otras, sin que se sepa el motivo.
Se cree que cuantas más veces se aplica la toxina botulínica, más dura su efecto, aunque es un tema en estudio y aún no hay resultados concluyentes al respecto.
La recomendación es no aplicarlo más de dos veces al año, es decir, cada seis meses. Para las arrugas del tercio superior se utiliza la toxina botulínica y para el resto de arrugas de la cara se suele utilizar el ácido hialurónico, aplicando éste al resto de arrugas (código de barras, labios, arrugas de marioneta, etc).
Aunque es un tratamiento que hace unos años era mayoritariamente demandado por mujeres, en la actualidad va creciendo el número de hombres a los que les gusta cuidarse y que han descubierto los fantásticos resultados de la toxina botulínica.
La toxina botulínica tipo A es el tratamiento perfecto para ese grupo de mujeres y hombres que quieren estar jóvenes y sin arrugas, pero a la vez no quieren pasar por quirófano, de ahí la explicación a la fuerte demanda que tanto la toxina botulínica como el ácido han experimentado en los últimos años.
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